Nuestra Voz, Nuestra Ley: Así Nació la Iniciativa que los Jóvenes Escribieron para Cambiar México

Publicado el 23 de julio de 2025, 23:17

No es una ley escrita para nosotros, es una ley escrita por nosotros. Te contamos cómo un taller y un comité juvenil se convirtieron en el corazón de una propuesta histórica.

¿Qué pasa cuando dejas de hablar sobre los jóvenes y, en su lugar, les das el micrófono, el bolígrafo y el espacio para que hablen por sí mismos? La respuesta es simple: ocurre una revolución. Una revolución de ideas, de propuestas y de esperanza.

Eso es exactamente lo que está sucediendo ahora mismo. La "Iniciativa de Ley de Juventudes" que pronto resonará en los pasillos del Congreso no es un documento frío nacido en una oficina. Es un manifiesto vivo, una declaración de principios que tiene el alma, la energía y las huellas digitales de decenas de niños, niñas y jóvenes de todo el país.

Esta es su historia.

El Origen de Todo: Donde Cada Idea Contó

Todo comenzó en un espacio que vibraba con potencial: el "Taller para la Construcción de una Iniciativa de Ley para Jóvenes, Niñas y Niños". Olvida la imagen de un evento formal y aburrido. Imagina, en cambio, pizarras blancas cubiertas de ideas, paredes llenas de post-its con sueños y exigencias, debates apasionados y, sobre todo, un respeto profundo por cada voz, sin importar la edad.

Desde las propuestas de los más pequeños, que nos recordaban la importancia del juego y la seguridad en nuestros parques, hasta los análisis de jóvenes universitarios sobre el acceso al primer empleo, cada idea fue una semilla.

Este impulso inicial encontró su cauce en la primera sesión del Comité Juvenil del Colectivo Mundial 8.5. Este no fue un simple encuentro; fue el momento fundacional donde el caos creativo del taller se transformó en un plan de acción. Fue aquí donde se validó que el camino era el correcto: la ley debía ser un reflejo directo de nuestras realidades.

Los Pilares de Nuestra Ley: Más que Palabras, Son Exigencias

Esta iniciativa no es una lista de buenos deseos. Es una hoja de ruta con exigencias claras, nacidas de experiencias reales. Aunque el texto es amplio, su esencia se puede resumir en pilares fundamentales:

Educación Digna y Relevante: Exigimos una educación que nos prepare para el siglo XXI, no para el siglo pasado. Que incluya salud mental, educación financiera, arte y tecnología de manera transversal.

Mi Primer Empleo, Mi Primer Derecho: Proponemos mecanismos reales para conectar la escuela con el mundo laboral, con programas de mentoría, incentivos para la contratación de jóvenes y la garantía de un trabajo digno y bien remunerado. ¡No más becarios eternos!

Salud Integral con Todas sus Letras: La salud no es solo la ausencia de enfermedad. La ley pone un énfasis histórico en la salud mental y emocional, garantizando acceso a terapia, espacios de escucha y estrategias de prevención contra la ansiedad y la depresión.

Participación Real y Vinculante: ¡Basta de la foto para Instagram! Exigimos la creación de Consejos Juveniles en todos los municipios y estados con poder de decisión real sobre los presupuestos que nos afectan. La ley misma es la prueba de que nuestra participación funciona.

Cultura y Arte como Derecho: Queremos que se reconozca el arte urbano, la música, el teatro y todas las expresiones culturales juveniles como herramientas de transformación social, destinando recursos para su fomento desde la comunidad.

El Alma de la Ley: Por Qué Estos Espacios Son Vitales

Aquí está la clave de todo: esta ley tiene la esencia de quienes la crearon.

Cada artículo tiene detrás la historia de un debate en el taller. Cada propuesta lleva el nombre de un integrante del comité que luchó por ella. No es una "ley de escritorio", diseñada por adultos que creen saber lo que necesitamos. Es una "ley de territorio", construida desde nuestras vivencias, nuestros miedos y nuestras más profundas esperanzas.

Por eso, la existencia de espacios como el taller y el Comité Juvenil no es un lujo, es una necesidad democrática. Son laboratorios de ciudadanía, escuelas de participación donde aprendemos que nuestra voz tiene poder, que nuestras ideas pueden convertirse en políticas públicas y que, juntos, podemos cambiar las estructuras.

Únete al Movimiento: El Futuro es Colectivo

Esta iniciativa de ley es mucho más que un documento. Es el símbolo de un movimiento que dice: "Nunca más un México sin nosotros".

Ahora, la posta pasa al Congreso, pero también te pasa a ti. El éxito de esta ley depende de que toda la sociedad la abrace como propia.

  1. Comparte este artículo: Ayúdanos a que esta historia llegue a todos los rincones. Usa el hashtag #NuestraVozNuestraLey.

  2. Infórmate: Sigue las redes del Colectivo Mundial 8.5 para estar al tanto del avance de la iniciativa.

  3. Exige: Pide a tus representantes que escuchen, discutan y aprueben esta ley que no le pertenece a ningún partido, sino a toda una generación.

El futuro no se espera, se construye. Y en México, las juventudes hemos decidido tomar las herramientas y empezar a construirlo hoy.


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